Mis Años Se Naufragaron En Tus Escollos
Tu respiro fue mi única patria
y tu olor mi primera adicción
Hace tiempo que me he ido de mi lugar
y me deambulo como mutilado y desnudo
Consagrado en el agua de tu olvido
agotado por tus "obras" y tus días
Milito al lado de amores desgastados
por que mis años se naufragaron en tus escollos
Entrego mi cuerpo miserable y mis herridas
para que practiquen en ellas los maniacos y los novatos
Dios mio, como se han secado mis fuentes
donde saciaban su sed, legeonarios naufragos
Así pagaré como precio
la soledad por todas las caricias que pedía
Por el amor que me hundió en el dolor
porque te mutilé a tí, a quien amaba
¿Tal vez, alguien se acordará de nuestros nombres?
¿De la lunas magníficas de nuestras vidas?
¿De nuestras pasiones, nuestras penas?
¿Tal vez existimos alguna vez en nuestros sueños?
Días Festivos
Sé que vendrá algún día, pero no seré como lo soy ahora
para aceptarle llevandome mi abrigo favorito
Ni siquiera inclinado en las páginas de algún volumen
donde me elevo para darme cuenta de lo que soy
No rezaré en un Universo que deslumbra
no preguntaré de manera impudente, ¿Dónde está tu aguijon?
Padre no habrá para decirme, "levantate y vistete"
"ya es hora de vivir hijo mio, amanece"
Llegará en el momento que mi luz se aflige
y yo suplicando por un poco de paz
Llegará como una petición ardiente que resuelve
condiciones de vida y la felicidad "gruesa" del mundo
No recogerá el cielo, para que me lave
No llevará albahaca y hojas de hierbabuena
Llegará en el momento que mi luz se aflige
Poema de Dionísis Kapsális
Invierno Azul
Solamente han pasado mil años
y yo solía morir por amor
Hasta que llegó aquel invierno azul
para encender aquello que apagó el siglo
Me medí mientras duraba el huracán
horas en las que el corazón vomitaba ceniza
Parado en el remolino del ciclón
Oyendo gritos diciendome
!Que duelas!
Mi cuerpo no se entregó en las piedras
no se agotó mi última lagrima
Epocas de amor y de brujas mentirosas
horas vagabundas, de mis noches más deseadas
No compararé la luz con la oscuridad
ni oveja blanca con lobo negro
No me alimentarán más caricias maternas
que se cierre el pozo de mi alma
La Perdida Ya Es Nuestra Costumbre
Tomo el ácido de las grietas de tus labios
intentando suavizar tu dolor
Los años que han pasado, me han dejado solo
buscando mis impulos en tu ego muerto
Pido ayuda, de manos incapaces
que tiemblan ante el amor y el terror
Han cogido mal mi propio camino
buscando mi luz entre estrellas apagadas
Tu ausencia me agota
y no me la puedo acostumbrar
Siento dar pasos hacia delante
pero siemre llego atrás
Y esta es una verdad que me mata
Borro las huellas de nuestras mentiras
tropiezo en el silencio
La perdida ya es nuestra costumbre
y el amor un grito enfermo
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